
Quiere apoderarse de él y mucho me temo que con sus maldades y persecuciones pueda llegar a él -. Elizabeth , le preguntó : - Son los que quieren apoderarse del planeta Tierra, ¿verdad? ¿Y cultivar la maldad en él? -. Celacanto la contestó : - Vaya, veo que te han preparado bien los seres de luz. Pues sí, Elizabeth, siempre son ellos, y cada vez me preocupan más sus astucias. No tienen límites -. Elizabeth le dijo a Celacanto : - No se van a salir con la suya. Iremos a por ellos, y no dejaremos que se apoderen de nada que pertenezca a este país -. Celacanto le dijo : - Lo sé, querida niña. Eres la enviada -. Elizabeth le dijo : - He visto una cueva que la descubría el agua, y sé que ahí está nuestro camino. Tenemos que ir a mirar a ver a dónde nos conduce -. Celacanto la preguntó : - ¿Una cueva aquí? -. Elizabeth le respondió : - Sí, la entrada es muy pequeña y si no está la marea muy baja, no se ve -. Celacanto se extrañó, porque él no sabía nada acerca de esa cueva, pero como se lo decía Elizabeth , para él sus palabras eran más que fiables. Celacanto la dijo : - Voy a rescatar a Ícaro y a Anthea. De mientras, ir revisando la entrada a esa roca -.
Al irse Celacanto, el grupo se preparó para investigar el modo de entrar en ese lugar. Al ser tan chiquita la entrada, les quedaban pocas alternativas. Una de ellas, la comentó Fransua : - Podemos dejar que vaya Xiri y que busque la manera de entrar por otro lugar -, a lo que Xiri le contestó : - ¿Cómo?, ni aunque me pusieran la cueva cubierta de huesos con jugosa carne entro yo solo ahí. Anda este, ¿y por qué no entras tú solo?. A ver si ahora voy a tener la culpa yo de que seas tan alto, no te digo. Haberte quedado enanito -. Elizabeth, al escuchar las palabras de Xiri, exclamó : - ¡Ya lo tengo! -. Puma dijo : - A ver, que a ti te temo. ¿Qué has pensado? -. Elizabeth les expuso su plan, a lo que Xiri no paraba de reír y de tirarse panza arriba en el suelo, con unas grandes carcajadas,
Al ver la cara de Fransua, de Puma y de Ojos de Cielo. Fransua le dijo a Xiri : - Deja ya de reír, porque a mi no me hace ni pizca de gracia -. Xiri le contestó : - Será si puedo, porque yo sólo de imaginaros, le veo mucha gracia, jajaja -. En esos momentos, llegaba Celacanto con Anthea e Ícaro, con cara de enfado. Xiri no cesaba de reír, a lo que Ícaro le dijo : - ¿Tú también te vas a cachondear de mi? Ya lo que me faltaba -. Xiri no podía contestarle, a lo que le dijo Fransua : - No, Ícaro, este es por otro tema, que ........ Continuará .