Caer al suelo, llorando, cuando escuchó una voz en su mente, diciéndola : - No creas todo lo que veas, Elizabeth. Mira dentro de ti. Tu corazón te dirá la verdad -. Elizabeth, se tomó un tiempo para pensar, y al cabo de un rato, se levantó con más rabia, y dijo : - No. Todo esto es mentira. Yo no tuve la culpa -.
Las imágenes de su padre y su madre, llamándola, diciéndola : Elizabeth, por qué. Tú fuiste la culpable, por ti , salían continuamente en esos espejos. Ella se tapó los oídos, intentando que esas voces desaparecieran de su mente.
Los ángeles la estaban diciendo : - Elizabeth, la unión hace la fuerza. Piensa. Uno sólo no es ninguno -. Al mirar hacia los espejos, vio una luz, reflejándose en ellos. Elizabeth, se dio cuenta de aquel mensaje, y se preparó para cubrirse totalmente de luz, y hacer su poder aún más fuerte. Empezó a dar vueltas sobre sí misma, levantó las manos, se elevó en el aire y empezó a girar, enviando toda su potencia de luz hacia todos los espejos que había para romperlos a la vez. Su cometido fue logrado. Se recuperó de nuevo a su actual físico y al rato, escuchó a Xiri, quejándose del mal trato que han tenido, cuando al escucharle, Elizabeth gritó : - ¡Xiri…! ¿Eres tú, de verdad? -. Él, al oír a Elizabeth, corrió, ladrando entusiasmado. Al verla, se lanzó encima, lamiéndola sin parar, y la dijo : - ¿Se puede saber dónde te habías metido? Menuda bromita que nos han dado los seres de luz. Cuando les vea estos, me van a oír -. Elizabeth, le dijo : - No, Xiri. Esto no es causado por los seres de luz. Mucho me temo que esto no acaba aquí. Hay algo más -. Xiri se quedó mirándola, y la dijo : - ¿Qué…? -.
Al poco rato, se la escuchó a Daysy llamarlos. Xiri, que aún seguía en brazos de Elizabeth, acurrucado, la dijo : - Quita, quita. Bájame, no me dejes así -. Daysy, al escucharlos, gritó de alegría, se abrazó a ellos y les preguntó : - ¿Estáis bien? ¿Dónde están los demás? -. Elizabeth, la dijo : - Sí, Daysy, estamos bien. Ahora, no tengo ni idea de los demás -.
Al rato, se le escuchó a Ícaro, con mal genio, y echando bonitas palabras por su boca. Elizabeth, le llamó : - Ícaro, estamos aquí -. Al llegar a donde estaba él, no pudieron más que reírse de su aspecto. Ícaro, enfadado, les dijo : - Vaya, veo que estáis bien, pero secos. Yo, sin embargo, fui a caer al pozo más sucio que había -, y Xiri, le dijo : - Y también al más mal oliente, porque pegas que da gusto -. Ícaro, le dijo : - Muy gracioso, Xiri. A mi me hubiera gustado verte a ti aquí, ya verías -.
Anthea y Fransua se unían al grupo. Fransua les dijo : - Menudo tormento me han hecho pasar. Estaba repleto de espejos y no cesaban de hacerme sufrir, con más imágenes que me ponían -. Daysy, sin dejarle terminar a Fransua, le dijo : - Huy, calla. No me digas que a ti también, porque. Continuará .