LA NIÑA DEL LAGO . cap.83

Tenéis que venir a la sala de las curaciones para que veáis lo que he descubierto -.
Todos fueron hacia esa sala, comentando entre ellos : - ¿Qué será lo que habrá descubierto? -.
Al llegar allí, les enseñó unos caramelos de muchos sabores, que curaban todas las enfermedades. Fransua, tenía la voz ronca, y decidió probar uno. Al poco tiempo, se dio cuenta de que podía hablar sin dificultades y de que la voz ya era la suya. Elizabeth, dijo : - Esto es maravilloso. ¿Podemos llevarlo para la Tierra? -. Los ángeles la dijeron : - Calma, Elizabeth. Antes tendremos que investigarlo con cautela, y ver sus resultados con tiempo -. Elizabeth insistió : - Sí… pero es un paso gigante para nuestro planeta -. Los seres de luz, la miraron, y les dejaron con el ángel, en la sala de curaciones. Mientras el ángel les estaba explicando cada frasco y botella que tenía colocado para qué eran y su trabajo en la investigación de las enfermedades para curarlas, Elizabeth intuyó una llamada que llegaba desde fuera del castillo, pero en esos instantes , estaba pendiente de las explicaciones de ese ángel tan inteligente, que apenas atendió esa llamada. Al terminar las explicaciones, Elizabeth les dijo a sus amigos que se encontraba muy rara y que había intuido una voz, pero que no sabía de dónde provenía. De nuevo, volvió a escuchar con más fuerza esa voz. Elizabeth, mentalmente, la dijo : - ¿Qué quieres? -. Esa voz, la dijo : - Sigue mi voz, acércate -. Elizabeth, se fue aproximando cada vez más hacia la voz. Sus amigos, la siguieron, sin saber lo que estaba pasando. Ojos de cielo, al verles pasar, decidió acompañarlos, por si le necesitaban. Puma, que estaba con él, también fue.
Llegaron a uno de los lagos que había en los alrededores del castillo. Este, se llamaba ‘’los niños del lago’’, puesto que así se lo dijo Daysy a Elizabeth. Estando en él, vieron a una niña sentada en la orilla, y al verlos, sonrió y les dijo : - Por fin alguien me escucha. Estamos en apuros, y necesitamos ayuda -. Elizabeth, la dijo : - Cuéntanos qué ocurre -. La niña, muy sofocada, les contó que en el lago de los animales estaban desapareciendo , y que no sabían el motivo. Que estaban muy asustados y que les habían pedido ayuda, pero que no sabían lo que estaba pasando, por eso le pidieron que subiera al exterior, para pedir su ayuda. Elizabeth, sentía que tenía y que podía ofrecerse a ella, por eso la dijo : - Cálmate. Dime, ¿qué es lo que puedo hacer? -. Anthea, la dijo : - ¿Cómo?, de eso nada. Yo también voy -. Fransua se unió, diciendo : - A ver si he estado en los peores momentos y te voy a dejar ahora. Ni en tus mejores sueños -. Xiri, siguió, diciendo <. – Eso, di que sí, Fransua. Ni en bromas esta monada se queda sin ir contigo -. Ícaro, también quiso ayudarles. Ojos de cielo, les dijo <. – Creo que a donde tenéis que ir os voy a servir de mucha ayuda -. Puma también se unió a ellos, porque su voz era esencial, les dijo. Elizabeth, se quedó mirando a Drocus de lejos, y él la dijo : - Iros a ayudarles. Continuará.